
Las infraestructuras inalámbricas que permiten la comunicación entre dispositivos electrónicos están evolucionando más allá de la optimización de la conectividad, dando lugar a una nueva generación de redes móviles: las 6G Sensing o perceptivas, que permitirán detectar y mapear el entorno físico al instante.
La evolución de las redes móviles, infraestructuras de telecomunicaciones basada en antenas que permiten la comunicación entre dispositivos móviles, como teléfonos inteligentes, ordenadores portátiles y tabletas electrónicas, a través de enlaces inalámbricos, está a punto de dar un salto tecnológico que va mucho más allá de la conectividad.
Se trata de las denominadas redes 6G Sensing o perceptivas, capaces de detectar en tiempo real (al instante) el entorno físico y los objetos y seres vivos, tanto estáticos como en movimiento, que allí se encuentran, y representarlo gráficamente.
Próximo salto: del 5G al 6G.
El 6G, en fase de investigación y desarrollo, será la sexta generación de tecnología de redes móviles. Sucederá al 5G y se prevé que ofrecerá velocidades de descarga mucho más rápidas, menor latencia (tiempo de respuesta) y mayor capacidad para conectar dispositivos inteligentes en comparación con el 5G, según los especialistas en innovación tecnológica.
Nokia está trabajando para que la detección en tiempo real sea una característica básica del futuro estándar 6G, mediante un sistema conocido como JCAS (joint communication and sensing, o comunicación y detección conjuntas).

En este sentido, ya se han efectuado pruebas exitosas del sistema JCAS en entornos industriales como parte del consorcio alemán KOMSENS-6G junto a empresas como Bosch, según informan.
Estas nuevas redes tendrán un impacto transformador en sectores como la movilidad, la salud, la industria, la logística, el transporte, el urbanismo y la sostenibilidad ambiental, según adelanta el doctor Rolf Werner, vicepresidente Senior en Europa de Nokia (www.nokia.com/es), compañía tecnológica que está liderando el desarrollo de estas redes.
Redes: de transportar datos a percibir el mundo físico.
“El paso del 5G al 6G no será solo un salto de velocidad, sino de inteligencia. Con 6G Sensing las redes tendrán un verdadero ‘sexto sentido’”, el de la detección de su entorno, según explica.
“Hasta ahora, las redes de telecomunicaciones se han centrado en la transmisión de voz y datos”, puntualiza Werner.

“Con el 6G, esa función se amplía radicalmente: las señales de radio, además de conectar dispositivos, servirán para detectar objetos, personas o condiciones del entorno, procesando la información y las señales detectadas mediante sistemas de inteligencia artificial (IA), como el ‘machine learning’ (aprendizaje automático)” adelanta.
Aplicaciones en industria, movilidad y medioambiente.
La tecnología 6G Sensing permitirá crear aplicaciones revolucionarias en diversos sectores, según Werner.
Explica que “las posibilidades que abre esta tecnología son especialmente relevantes en sectores como la movilidad inteligente, ya que, por ejemplo, podría detectar a los peatones o a los vehículos incluso en condiciones de baja visibilidad, contribuyendo a la seguridad vial y al avance de los coches autónomos”.

Esta nueva tecnología también podrá mejorar la seguridad en eventos masivos, permitir una automatización más segura y precisa en entornos industriales o logísticos (con movimiento intensivo de operarios, robots, piezas, mercancías y maquinarias), o generar alertas en el mismo momento en que se produce una incidencia medioambiental (derrame de sustancias químicas, rotura de una infraestructura, entre otras).
La detección en red también abrirá nuevas posibilidades comerciales, al poder convertirse en una nueva fuente de ingresos y de generación de valor añadido para los proveedores de servicios de comunicaciones y las empresas que utilicen el 6G Sensing, que podrán ofrecer servicios avanzados sin necesidad de desplegar sensores físicos adicionales, según explica Werner.

Por medio de las redes móviles perceptivas “podríamos evitar accidentes de tráfico al detectar un coche que se aproxima circulando por una esquina y que aún no podemos ver” o “interactuar directamente con máquinas y robots de forma remota, viendo lo que estos ven y oyendo lo que oyen, mientras dirigimos sus acciones a través de simples gestos manuales capturados por una red 6G Sensing”, según Nokia.
Mediante una red de este tipo se podría detectar si una persona vulnerable se ha caído e incluso ‘escuchar’ sus latidos cardíacos, alertando a los servicios de emergencia sobre un posible trauma; se podría proporcionar seguridad en lugares donde no hay cámaras de vigilancia disponibles o no están permitidas, y se podría ampliar la capacidad de las redes de cámaras para que operen con niebla o en la oscuridad, añaden.
Monitorización médica continua y sin sensores físicos.
Esta nueva generación de redes no solo conectará dispositivos, sino que ayudará a entender y mapear el mundo en tiempo real, sentando las bases para una infraestructura más inteligente, sensible y útil para la sociedad, según destaca Werner.

En el ámbito de la salud, ya se están probando sistemas capaces de monitorizar las constantes vitales de los pacientes sin necesidad de utilizar sensores físicos, como en el proyecto conjunto entre la empresa Nokia, con oficinas centrales en Espoo (Finlandia); y el Instituto Fraunhofer HHI y el hospital universitario Charité, estos dos últimos situados en Berlín (Alemania).
Las redes de detección inalámbrica que se está investigando, utilizan frecuencias sub-THz (90 GHz a 300 GHz) y podrían detectar los latidos cardíacos y las frecuencias reguladoras (mediciones fisiológicas que indican el estado general de salud de una persona, también conocidas como signos vitales) de los pacientes, proporcionando un monitoreo continuo a medida que éstos se mueven por un hospital, según Nokia.
Estos sistemas de detección inalámbrica para atención médica abrirán las puertas a una nueva generación de soluciones de monitorización y diagnóstico médico no invasivo (sin producir incisiones ni requerir contacto físico en el cuerpo humano), aseguran las personas vinculadas a este proyecto.

Las aplicaciones basadas en las futuras redes 6G, equipadas con tecnología de comunicación y detección conjuntas (JCAS) y capaces de detectar su entorno, funcionarían de modo similar al radar, pero con mucha mayor precisión gracias a las características únicas (longitudes de onda diminutas y gran ancho de banda) de las frecuencias sub-THz, según Nokia.
“En una habitación de hospital, por ejemplo, la red de sensores 6G podría detectar y distinguir los latidos cardíacos y la frecuencia respiratoria de cada paciente sin la ayuda de sensores intrusivos como electrodos de electrocardiograma u oxímetros de pulso digitales”, explican.
Esta red de sensores teóricamente podría seguir a cada paciente, por medio de una tecnología denominada “formación de haces”, garantizando su monitorización continua de la persona ingresada cuando usa los baños o se desplaza por el hospital, permitiéndole además una mayor libertad de movimiento, según concluyen.
Daniel Galilea.
EFE – Reportajes