Un torneo amistoso con golfistas y pilotos de Fórmula Uno. Las Vegas como escenario para el show. Carlos Sainz como primer campeón. Todo eso reunió ‘The Netflix Cup’, un evento especial que emitió este martes Netflix y que marcó un interesante y misterioso precedente ya que fue la primera vez en la que el gigante del ‘streaming’ se atrevió con una retransmisión deportiva en directo.
De “Stranger Things” a “La casa de papel” pasando por “The Crown”, Netflix ha transformado radicalmente los hábitos alrededor de la televisión y la forma de ver la pequeña pantalla en todo el mundo.
Sin embargo, hay un espacio en el que el gigante del ‘streaming’ no ha entrado jamás a lo largo de su exitosa andadura: las retransmisiones deportivas.
Mientras otros competidores como Amazon o Apple han invertido de manera muy potente en el mercado de los derechos deportivos, Netflix ha pasado de largo centrándose en otros formatos televisivos como la ficción (en serie o película) o la telerrealidad en todas sus variantes.
Por todo ello resultó especialmente significativo lo que sucedió este martes con el torneo de golf ‘The Netflix Cup’, que fue el primer experimento de Netflix con las emisiones deportivas en vivo.
No fue una competición oficial o al uso. Con reglas especiales y múltiples referencias a programas de Netflix a lo largo del torneo como ‘El juego del calamar’, cuatro pilotos de Fórmula Uno (Alex Albon, Pierre Gasly, Lando Norris y Carlos Sainz) y cuatro golfistas del PGA Tour (Tony Finau, Rickie Fowler, Max Homa, Justin Thomas) compitieron por parejas en el Wynn Golf Club de la ciudad del juego.
Sainz y Thomas fueron los ganadores y el español dejó además una de las curiosidades de la jornada ya que, en un descuido, rompió el trofeo de ‘The Netflix Cup’.
Pero más que por la habilidad de los participantes en el campo de golf, ‘The Netflix Cup’ fue especialmente importante por lo que puede sugerir (o no) sobre Netflix y su relación con los deportes.
¿Cartas ocultas?
Netflix no es un titán multimedia completamente ajeno al deporte. Al contrario, en los documentales deportivos ha encontrado en los últimos años alguna de sus series más populares.
El ejemplo más claro es ‘Drive to Survive’, un espectacular y asombroso -aunque también algo dramatizado- acercamiento a la Fórmula Uno que, por ejemplo, ha servido para que muchísimos espectadores de EE.UU. hayan descubierto la pasión por la Fórmula Uno.
A la sombra de ‘Drive to Survive’, que ya prepara su sexta temporada, han aparecido series documentales similares en Netflix como ‘Full Swing’ (golf), ‘Break Point’ (tenis) o ‘Quarterback’ (NFL).
De hecho, ‘The Netflix Cup’ surgió en gran medida como una manera de promocionar de forma conjunta a ‘Drive to Survive’ y ‘Full Swing’ aprovechando que justo esta semana se celebra el muy esperado Gran Premio de Las Vegas.
Uno podría pensar que el paso natural para la compañía radicada en Los Gatos serían las retransmisiones deportivas en directo, pero los máximos responsables de la plataforma siguen escondiendo sus cartas sobre un eventual movimiento en ese sentido.
“Estamos en el negocio del deporte, pero estamos en la parte del negocio del deporte en la que obtenemos más valor, que es el drama en deportes”, dijo el pasado octubre Ted Sarandos, co-CEO de Netflix.
El mismo ejecutivo señaló algo similar en enero, cuando aseguró que no han visto “una vía para sacar beneficios” en el mundo del deporte en directo.
No obstante, y pese a este tipo de evasivas, Netflix sí movió ficha en 2022 en busca de los derechos televisivos de la Fórmula Uno en Estados Unidos.
El botín fue finalmente para ESPN hasta 2025 por un precio de entre 75 y 90 millones de dólares al año, según Sport Business Journal. Pero el interés de Netflix por entrar en esa puja, a priori un movimiento natural dado el fenomenal éxito de ‘Drive to Survive’, demostró que están muy pendientes de las oportunidades que puedan surgir en las retransmisiones deportivas en directo.
En este sentido, Netflix parece ir por detrás de competidores directos que han hecho ‘all-in’ al deporte como Amazon, que paga nada menos que mil millones de dólares al año a la NFL por emitir el partido del Thursday Night Football, o Apple, que firmó un acuerdo con la MLS por una década y al menos 250 millones de dólares por curso.
A todo ello hay que sumar a otras compañías, como Disney, que tienen su propia oferta de deportes a través de otros canales o plataformas (ESPN, en este caso).
Además, Netflix también tiene trabajo por delante para estar a la altura de los desafíos de una retransmisión en directo, un campo en el que parece cada vez más interesado no solo por sus ramificaciones deportivas.
Así, la plataforma emitió este año en vivo el show de comedia de Chris Rock ‘Selective Outrage’ y una entrega especial de ‘Love is Blind’, pero este programa de telerrealidad recibió muchas críticas debido al retraso en la emisión y otros problemas técnicos.
En cualquier caso, si finalmente diera ese paso, el deporte podría suponer una nueva vía de ingresos para reforzar el liderazgo en el ‘streaming’ de Netflix, que en los últimos meses ha dado pasos notables para actualizar su modelo de negocio como restringir el uso de cuentas compartidas u ofrecer suscripciones con anuncios a precios más asequibles.
Fuente: EFE