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El apósito hidráulico sin electrónica (WPED) que estimula eléctricamente los tejidos promueve la cicatrización de las heridas crónicas. Foto: Rajaram Kaveti- NC State University.

Un nuevo vendaje delgado, flexible y económico, que envía una corriente de bajo voltaje directamente al lugar lesionado y se activa agregando agua, ayuda a cicatrizar con mayor rapidez las heridas crónicas, según investigadores estadounidenses.

Desde hace tiempo, los científicos saben que una estimulación eléctrica suave acelera la curación de las heridas crónicas, como las úlceras cutáneas diabéticas, al aumentar la velocidad a las que las células de la piel migran al lugar de la herida, fomentando que el tejido se cierre y se forme una barrera protectora, y reduciendo además la infección al eliminar las bacterias.

Se han diseñado apósitos para curar heridas basados en este fenómeno, pero presentan ciertas limitaciones, como incorporar baterías relativamente gruesas y componentes electrónicos costosos, o bien utilizar una fuente de alimentación inalámbrica externa de la que hay que estar cerca, lo cual dificulta su uso, según New Atlas, publicación especializada en tecnología.

Un dispositivo experimental, desarrollado por investigadores de Universidad Estatal de Carolina del Norte (NCSU), en Estados Unidos, evita las limitaciones relacionadas con su fuente de alimentación energética, y es delgado, flexible y económico, resultando prometedor para tratar las heridas crónicas, según sus creadores (https://news.ncsu.edu/2024/08/electric-bandages).

Las heridas tratadas con vendajes eléctricos cicatrizan más rápido que las tratadas con vendajes convencionales. Foto: RDNE Stock Project-Pexels.

 

El vendaje desarrollado por la NCSU utiliza un campo eléctrico para promover la curación de heridas crónicas, las cuales son especialmente problemáticas porque suelen reaparecer después del tratamiento y aumentan significativamente el riesgo de amputación y muerte, según esta universidad.

Nuevo enfoque terapéutico.

Además, se trata de una solución económica, lo que viene a resolver otro de los desafíos asociados a las heridas crónicas, consistente en que las opciones para tratarlas son extremadamente costosas, lo que puede crear problemas adicionales para los pacientes, según la NCSU.

Por otra parte, “es una tecnología lo suficientemente sencilla como para que las personas la utilicen en su casa, en lugar de ser un tratamiento que solo pueden recibir en entornos clínicos”, señala Amay Bandodkar, coautor del trabajo y profesor adjunto de ingeniería eléctrica e informática en la NCSU.

 

 

El equipo de este trabajo, que forma parte de un proyecto mayor del área de Defensa estadounidense, destinado a “acelerar la curación de heridas con apósitos personalizados”, incluye a especialistas de distintas universidades y centro de investigación de EE. UU. y Corea del Sur.

El investigador Rajaram Kaveti sostiene el apósito hidráulico sin electrónica WPED para la estimulación eléctrica de la cicatrización de heridas. Foto: Gurudatt Nanjanagudu Ganesh-NC State University

 

El dispositivo, técnicamente denominado ‘apósito sin componentes electrónicos alimentado por agua’ (WPED, por sus siglas en inglés), tiene electrodos en un lado y una pequeña batería compatible con los tejidos humanos en el otro.

“El apósito se aplica al paciente de forma que los electrodos entren en contacto con la herida. A continuación, se aplica una gota de agua sobre la batería, que se activa. Una vez activado, el vendaje produce un campo eléctrico durante varias horas”, explica Bandodkar.
“Cuando se aplica agua a la batería, se produce un voltaje de aproximadamente 1,5 voltios a través de los dos electrodos del vendaje, generando el campo eléctrico curativo”, según explica este investigador a EFE.

Campo eléctrico curativo.

“Este campo eléctrico es fundamental, porque está bien establecido que los campos eléctricos aceleran la curación de heridas crónicas”, dice Rajaram Kaveti, coautor principal del estudio e investigador postdoctoral en NCSU.

El vendaje eléctrico WPED puede aplicarse en una herida del pie, simulada en esta imagen. Foto: Rajaram Kaveti- NC State University.

 

Añade que los electrodos están diseñados de manera que puedan doblarse con el vendaje y adaptarse a la superficie de las heridas crónicas, que a menudo son profundas, asimétricas y de forma irregular.

“Esta capacidad de adaptarse a distintas superficies cutáneas es fundamental porque posibilita que los electrodos estén en contacto tanto con la periferia como con el centro de la herida, enfocando el campo eléctrico de manera eficaz”, destaca Kaveti.

Los científicos probaron los apósitos en ratones diabéticos, un modelo animal de uso común para emular la cicatrización de heridas en humanos, comprobando que la estimulación eléctrica aceleró la velocidad de cierre de la herida, promovió la formación de nuevos vasos sanguíneos y redujo la inflamación, todo lo cual indica una mejora general de la cicatrización.

“Descubrimos que los ratones que recibieron tratamiento con WPED se curaron aproximadamente un 30% más rápido que los ratones que recibieron vendajes convencionales”, afirma Maggie Jakus, coautora principal del estudio y estudiante de posgrado en la Universidad de Columbia (EE. UU.).

Bandodkar considera “igualmente importante que estos vendajes se puedan producir a un coste relativamente bajo: estamos hablando de un par de dólares por apósito en gastos generales”.

Este enfoque terapéutico es muy prometedor para tratar “la ulceración del pie diabético, un problema grave que puede llevar a amputaciones de las extremidades inferiores”, añade, por su parte, Aristidis Veves, coautor del estudio y profesor de cirugía en el Beth Israel Deaconess Center.

Además, los WPED se pueden aplicar de forma rápida y sencilla. “Una vez aplicados, los pacientes pueden desplazarse y participar en sus actividades diarias, lo que implica que pueden recibir el tratamiento en casa y tienen más probabilidades de cumplirlo”, según la NCSU.

En otras palabras, “es menos probable que los pacientes se salten las sesiones de tratamiento, ya que no tienen que acudir a una clínica ni permanecer inmóviles durante horas”, puntualizan.

Bandodkar adelanta que los próximos pasos de los investigadores consisten en reducir las fluctuaciones del campo eléctrico y ampliar su duración, y lograr otros avances y pruebas que los acercarán a los ensayos clínicos y, en última instancia, a un uso práctico del WPED que pueda ayudar a las personas”.
Ricardo Segura.
EFE – Reportajes

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