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El movimiento del ojo está controlado por seis músculos. Foto: Cookie Studio-Freepik.

Las gafas o lentes correctivas; la terapia de oclusión mediante parche ocular; los ejercicios visuales; las inyecciones de bótox y la cirugía, para los casos más severos o persistentes, son los tratamientos más efectivos y habituales para corregir la desalineación de los ojos en la infancia, una afección común en bebés y niños, conocida como estrabismo o bizquera pediátrica.

El estrabismo o bizquera infantil, una disposición anómala de los ojos por la cual los dos ejes visuales no se dirigen a la vez a un mismo objeto, es una afección ocular común entre los niños, según la Academia Americana de Oftalmología estadounidense (AAO por sus siglas en inglés).

Esta afección “se produce cuando los ojos no están alineados correctamente y apuntan en distintas direcciones (desalineación). Un ojo puede mirar hacia adelante y el otro apuntar hacia la nariz, hacia afuera, hacia arriba o hacia abajo. Esa desalineación puede alternar entre un ojo y otro”, puntualiza esta asociación médica profesional de oftalmólogos.
Cuando los músculos oculares no trabajan en equipo.

Es fundamental diagnosticar el estrabismo tempranamente e identificar su causa subyacente. Foto facilitada por General Optica.

 

El movimiento del ojo está controlado por seis músculos. Uno mueve el ojo hacia la derecha y otro mueve el ojo hacia la izquierda. Los otros cuatro mueven el ojo hacia arriba, hacia abajo y en ángulo. Para centrar la vista en una sola imagen, los seis músculos de cada ojo deben trabajar juntos, explican desde la AAO. https://www.aao.org/).

Si están alineados correctamente durante la infancia, la visión debería desarrollarse bien, pero, si no están alineados, existe el riesgo de que el niño desarrolle una afección llamada ambliopía (“ojo vago o perezoso”), que tiene lugar cuando la visión del ojo desalineado es más débil, añaden.

Explican que cuando la visión es normal, ambos ojos apuntan hacia el mismo lugar. Nuestro cerebro combina las dos imágenes que obtiene de los ojos para formar una sola imagen tridimensional (3D). Así es como podemos distinguir qué tan cerca o lejos de nosotros se encuentra algo, lo que se conoce como percepción de profundidad.

En cambio, cuando un ojo está desalineado, los ojos envían una señal diferente al cerebro. En un niño pequeño, el cerebro aprende a ignorar la imagen del ojo desalineado, y solo ve la imagen del ojo que no está desviado o que tiene mejor visión. Como resultado, puede alterarse la percepción de la profundidad, según esta misma fuente.

 

 

Más frecuente antes de los 6 años de edad.

El estrabismo afecta a alrededor del 4 por ciento de los niños menores de 6 años y los expertos no comprenden del todo las causas de este problema ocular, también denominado “ojo desviado” o “bizquera” infantil, según Stanford Medicine Children’s Health (SMChH), sistema de atención médica pediátrica vinculado a la Universidad de Stanford, en EE. UU.
Según SMChH, “es común que los ojos de un recién nacido se muevan de forma independiente y en ocasiones, pueden llegar a desviarse. Pero a los tres o cuatro meses de edad, el bebé debe ser capaz de enfocar los objetos y sus ojos deben estar derechos, sin desviaciones”.

 

La terapia de oclusión ocular, puede ser recomendada en ciertos casos de estrabismo infantil. Foto facilitada por General Optica.

“Si nota que los ojos de su hijo se mueven hacia adentro (en dirección a la nariz) o hacia afuera; que no enfoca los objetos o que sus ojos parecen estar desviados, debe buscar atención médica”, recomienda el SMChH, añadiendo que la aparición del estrabismo es más frecuente en niños menores de 6 años de edad.

O “tal vez advierta que los ojos de su hijo apuntan en distintas direcciones al mismo tiempo, o que su hijo cierra un ojo o inclina la cabeza cuando mira un objeto”, explican a los padres desde la AAO estadounidense.

Diagnóstico precoz y tratamientos disponibles.

“Es importante abordar el estrabismo infantil de manera precoz, ya que puede afectar la visión y el desarrollo visual del niño, así como su calidad de vida en general”, señala Elena Barberán, gerente de producto de Salud Visual en General Óptica (www.generaloptica.es).
Enfatiza que “es fundamental efectuar un diagnóstico temprano del estrabismo e identificar su causa subyacente para determinar el mejor enfoque de tratamiento y ayudar a prevenir posibles complicaciones visuales en el futuro”.

Un examen ocular completo realizado por un óptico de confianza de los padres, suele incluir un análisis de la historia clínica del niño, un examen visual y un examen del fondo de ojo; así como pruebas de alineación ocular y de refracción, según puntualiza.
Barberán señala que “el tratamiento del estrabismo en la infancia puede variar según la gravedad y la causa subyacente de la afección”.

“Es tan importante que el niño inicie el tratamiento recomendado lo antes posible, para prevenir complicaciones a largo plazo y ayudarle a desarrollar una visión normal y funcional, como que el especialista monitorice su progreso y ajuste el plan de tratamiento según sea necesario”, apunta Barberán, que describe, a continuación, algunos de los tratamientos más habituales:.

 

El uso de gafas correctivas puede ayudar a mejorar la alineación de los ojos del niño. Foto facilitada por General Optica.

Gafas o lentes correctivas. “Si el estrabismo está relacionado con problemas de refracción, como la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo, el uso de gafas puede ayudar a corregir la alineación de los ojos. En algunos casos es necesario completar la corrección utilizar cristales con dioptrías prismáticas, para reconducir la posición del ojo”, señala esta especialista.

Terapia de oclusión. Este método, también conocido como parche ocular, puede ser recomendado si el niño desarrolla ambliopía u ‘ojo vago’ como resultado del estrabismo. Consiste en cubrir el ojo dominante con un parche durante ciertos lapsos del día para fomentar el uso del ojo más débil y mejorar su visión, según explica Barberán.

Terapia visual. “Este tratamiento consiste en que el niño efectúe una serie de ejercicios y actividades especialmente diseñadas para mejorar la coordinación y el control de los músculos oculares. Estos ejercicios pueden incluir seguimiento de objetos, enfoque y percepción de la profundidad”, puntualiza.

Botox. “En algunos casos de estrabismo infantil, se pueden aplicar inyecciones de toxina botulínica (botox) en ciertos músculos de los ojos, para relajarlos temporalmente y corregir la desviación ocular”, de acuerdo con Barberán.

Cirugía ocular. A veces puede ser necesaria “la cirugía para corregir la desalineación de los ojos, en casos de estrabismo persistente o severo. Durante la cirugía, los músculos oculares se ajustan y reposicionan, para ayudar a que los ojos se alineen correctamente y apunten en la misma dirección”, concluye.
Pablo Gutman.
EFE – Reportajes

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