Si sabes cuánto mides y pesas, cuál es tu presión arterial y tus niveles más recientes de colesterol y azúcar, estas en gran camino de mantenerte saludable. Pero hay otro número que podría ser aún más importante para evaluar tu riesgo de sufrir un infarto o un evento cerebrovascular.
El puntaje de calcio coronario mide la cantidad de placa calcificada que hay en tus arterias coronarias. Esto es clave porque la presencia de placa en las arterias es la principal causa —o antesala— de enfermedades cardiovasculares ateroscleróticas (ASCVD, por sus siglas en inglés), como los infartos o los accidentes cerebrovasculares.
Este puntaje puede ir de cero hasta cifras muy elevadas, y está directamente relacionado con el riesgo de tener uno de estos eventos durante los siguientes 15 años. Incluso personas con factores de riesgo como diabetes, obesidad o edad avanzada, si tienen un puntaje de calcio coronario de cero, presentan un riesgo absoluto bajo de enfermedad cardiovascular. En cambio, quienes tienen puntajes altos enfrentan un mayor riesgo, aunque no hayan presentado síntomas previos de enfermedad cardíaca y parezcan gozar de buena salud.
De hecho, esta prueba es uno de los predictores más precisos —o biomarcadores— que existen actualmente para calcular el riesgo de enfermedad cardiovascular aterosclerótica, al menos entre las opciones seguras, no invasivas y relativamente accesibles. Sin embargo, no está indicada para todas las personas. Y muchas que sí podrían beneficiarse de ella, ni siquiera saben que existe.
Aquí te contamos lo que necesitas saber sobre esta prueba, cuándo es útil y qué significan los resultados.
El calcio en tu dieta sirve para fortalecer tus huesos, y esto es algo positivo. El calcio en tus arterias, no lo es.
La cantidad de calcio coronario es un indicador de la cantidad de placa que hay en tus arterias. Esta placa es una sustancia cerosa que no se detecta directamente con una tomografía computarizada, pero como está compuesta en parte por calcio, con el tiempo se van acumulando rastros o depósitos de ese mineral dentro de la arteria. Esa capa interna se va calcificando, y eso sí se puede detectar por medio de una tomografía, del mismo modo en que una radiografía permite ver los huesos a través de la piel.
Cuando la placa se acumula, puede obstruir las arterias, dificultar el flujo de sangre y hacer que ciertas áreas del corazón no reciban suficiente oxígeno. Además, esos depósitos pueden desencadenar la formación de coágulos y provocar un infarto. Por eso, el puntaje de calcio coronario es una forma muy útil de predecir la probabilidad de sufrir un infarto o un evento cerebrovascular en el futuro.
¿Para qué sirve esta prueba?
La evaluación tradicional del riesgo cardiovascular se basa en datos como tu edad, antecedentes familiares, condiciones de salud, estilo de vida y análisis de sangre. Sin embargo, ese modelo no mide cuánta placa tienes realmente en las arterias, ni predice con mucha precisión quién ya tiene depósitos calcificados y quién no.
De hecho, cuando se aplica esta prueba a personas con diferentes niveles de riesgo estimado, los resultados suelen ser sorprendentes. Se estima que el 15% de quienes son considerados de bajo riesgo en realidad tienen una cantidad significativa de placa calcificada, lo que los pone en mayor riesgo del que se creía.
Y, al contrario, entre un 30% y 50% de quienes están en categorías de alto riesgo no tienen placa (es decir, tienen un puntaje de cero), lo que significa que su riesgo real es bajo.
“Con esta prueba dejamos de suponer cómo están tus arterias”, afirma el Dr. Miguel Cainzos-Achirica, cardiólogo preventivo del Hospital Houston Methodist. “Podemos ver si hay placa presente, y si la hay, cuánta es”.
Entonces, ¿necesito hacerme la prueba del puntaje de calcio coronario?Actualmente, esta prueba se recomienda para personas con riesgo cardiovascular intermedio que desean una evaluación más precisa para decidir si necesitan tratamiento o medicamentos.
Se considera riesgo intermedio cuando tienes al menos un factor de riesgo tradicional, como:
- Hipertensión
- Colesterol alto
- Diabetes
- Obesidad
Además, algunas guías recientes de diversas sociedades científicas sugieren que personas con riesgo bajo, pero con antecedentes familiares fuertes de enfermedad cardiovascular —especialmente si hubo eventos a edad temprana—, también podrían considerar hacerse esta prueba para tener una mejor valoración.
¿Quiénes no deberían hacerse esta prueba?
Dado que implica un pequeño costo para el paciente y una mínima exposición a radiación por la tomografía, esta prueba no se recomienda en los siguientes casos:
- Personas menores de 40 años, ya que es raro que acumulen calcio en las arterias tan temprano en la vida.
- Personas que ya hayan tenido un infarto, un evento cerebrovascular u otro evento cardiovascular grave, pues ya están clasificadas como de alto riesgo y requieren manejo intensivo.
- Mujeres embarazadas o personas que deben evitar completamente la exposición a radiación.
- Quienes se hayan hecho la prueba recientemente (aunque puede repetirse entre los tres y cinco años si el resultado fue cero y hay dudas sobre cómo continuar el manejo después de ese periodo).
Si no estás dentro del grupo recomendado, pero crees que los resultados podrían serte útiles, lo mejor es hablarlo con tu médico.
¿Cómo puedo hacerme la prueba?
Tu médico general o cardiólogo preventivo puede solicitarla. Un buen momento para comentarlo es durante tu chequeo anual o consulta de rutina, cuando ya estás hablando de tus cifras de salud, factores de riesgo y medicamentos preventivos que estés considerando.
¿En qué consiste la prueba?
Los escáneres de tomografía utilizan rayos X, generalmente en tomografías multidetector modernas. La exposición a radiación es baja —similar a la de una mastografía bilateral— y no se necesita contraste intravenoso.
Durante la cita, te cambiarás a una bata de hospital y te recostarás sobre una camilla especial. Un técnico limpiará tres zonas pequeñas de tu pecho (en el caso de los hombres, puede que sea necesario rasurar esas áreas) y colocará parches adhesivos con electrodos, que permitirán monitorear la actividad eléctrica de tu corazón durante el estudio.
La camilla se deslizará dentro de un escáner con forma de dona, y una cámara de alta velocidad tomará múltiples imágenes de tu corazón en unos 10 segundos. Luego, la camilla saldrá, te vestirás y podrás regresar a casa. Todo el proceso es breve, sin dolor y sin molestias.
¿Qué pasa después?
Las imágenes obtenidas se combinan y analizan mediante un programa computarizado y un radiólogo especializado en enfermedades cardiovasculares. Si se detectan puntos de calcio incrustados en las paredes arteriales, eso indica que hay calcificación. El software mide la cantidad y genera un puntaje que estima cuánta placa hay en las arterias y qué tan avanzada está la enfermedad coronaria.
¿Cómo se interpretan los puntajes?
Los resultados se enviarán a tu médico, quien los explicará a detalle. En general, los puntajes se interpretan así:
- 0: No tienes placa calcificada. Tu riesgo de enfermedad cardiovascular aterosclerótica es bajo —aunque no es cero—, pero sí el más bajo dentro de tu grupo. Por ejemplo, si tienes 45 años y diabetes, tu riesgo no es cero por tener diabetes, pero sí es menor que el de otras personas con tu edad y esa condición. (Más adelante te explicamos por qué un puntaje de cero ofrece mayor flexibilidad).
- 1-10: Hay una pequeña cantidad de placa. El riesgo sigue siendo bajo, pero ya hay señales de inicio de enfermedad cardiovascular. Es momento de hablar con tu médico sobre estrategias de prevención, especialmente enfocadas en cambios de estilo de vida.
- 11-100: Hay algo más de placa, y el riesgo es moderado. Podría ser necesario iniciar tratamientos además de los cambios en el estilo de vida.
- 101-400: El riesgo es de moderado a alto. Tu médico probablemente te sugerirá cambios intensivos en tus hábitos y, quizás, empezar con estatinas para reducir el colesterol.
- Más de 400: Hay una gran cantidad de placa y el riesgo de eventos cardiovasculares es alto. Se recomienda un manejo agresivo, con cambios de estilo de vida y medicamentos, incluyendo estatinas, para disminuir el riesgo de enfermedad cardiovascular.
¿Qué significa tener un puntaje de cero?
Un puntaje de cero siempre es una buena noticia. Pero es especialmente buena para quienes ya tienen uno o más factores de riesgo tradicionales.“Si esperas encontrar placa en una persona por su historial de salud, pero no hay ninguna, significa que su cuerpo tiene una protección extra, o una mayor resistencia, frente a la enfermedad cardiovascular aterosclerótica”, explica el Dr. Khurram Nasir, cardiólogo preventivo del Hospital Houston Methodist.
Claro que esto no significa que esa protección durará para siempre, sobre todo si los factores de riesgo siguen presentes o empeoran. Pero sí representa una gran oportunidad para atender esos factores y adoptar hábitos más saludables antes de que empiece a desarrollarse el daño en las arterias.
Cuidar tu salud también implica tomar decisiones informadas.
“El bajo riesgo te da margen de acción”, concluye el Dr. Nasir. “Te permite posponer el uso de medicamentos y enfocarte primero en mejorar tus hábitos. O también puedes empezar con un tratamiento desde ahora, si prefieres tener una protección extra. Lo importante es seguir trabajando en reducir tus factores de riesgo para que tu corazón se mantenga sano el mayor tiempo posible”.
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