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Detalle de una caja con discos de vinilo de Bruce Springsteen que se amontonan en una pequeña casa de madera que acoge la colección del rockero en el campus de la Universidad de Monmouth, en Nueva Jersey. EFE/Cristina Magdaleno

Agotado, muerto, extinguido… algunos ya habían escrito la necrológica del vinilo, pero el disco físico ha revivido y resiste a la tecnología, en parte gracias a la iniciativa del Día Mundial de las Tiendas de Discos o Record Store Day (RSD), el popularmente conocido como “San Vinilo”, que se celebra cada tercer sábado de abril desde 2008 como homenaje a la forma tradicional de adquirir y escuchar música.

El RSD nació en 2007 en Baltimore (EE. UU.) como creación de una fórmula similar al Día del Cómic Gratis, para reivindicar los viejos formatos y usos de la industria fonográfica, especialmente del vinilo, que está viendo crecer sus ventas ininterrumpidamente en los últimos años, así como del vendedor especializado como intermediario en el proceso de compra.

La idea original del Record Store Day fue concebida por Chris Brown y fundada por el dueño de la tienda de discos Criminal Records de Estados Unidos Eric Levin y cinco compañeros del gremio como una celebración de la cultura protagonizada por las tiendas de discos independientes del país norteamericano, que poco a poco van desapareciendo de las grandes urbes.

La banda de heavy metal Metallica inauguró oficialmente el Record Store Day con un concierto en la tienda de discos Rasputín de San Francisco (EE. UU.) el 19 de abril de 2008 y desde entonces es toda una tradición para dar soporte a las ventas de discos físicos a nivel mundial, que ya cuenta con más de 3.000 tiendas participantes en una treintena de países.

Fotografía donde se muestran varios discos de vinilo expuestos para la venta en la tienda especializada Technique Records en Miami, Florida (EE.UU.). EFE/ Emilio J. López

Ediciones especiales en vinilo, lanzamientos de CD y diversos productos promocionales están hechos exclusivamente para el RSD y cientos de artistas en los Estados Unidos y en varios países de todo el mundo hacen apariciones especiales y actuaciones en directo. Músicos de la talla de Iggy Pop, Jack White, Dave Grohl o Elton John han sido embajadores del RSD en distintas ediciones.

El formato físico en la época digital.

A lo largo del tiempo, las tiendas de discos han tenido que enfrentarse a diversos desafíos, como la competencia de las grandes cadenas comerciales, la piratería o la irrupción del “streaming”, pero estos establecimientos fueron lugares clave en la historia de la música y la cultura popular, espacios donde los aficionados podían encontrar, comprar y escuchar música, así como socializar con otros melómanos.

Movimientos musicales como el rock and roll, el punk, el hip hop o la música electrónica se gestaron en las tiendas de discos, que les ofrecían un espacio para exponer su trabajo o actuar en directo.

Aunque las generaciones más jóvenes prefieren suscribirse a Spotify, Apple Music, Deezer, Tidal o Bandcamp, lo cierto es que la música digital convive con el vinilo, un formato que repunta con cierta fuerza gracias a la incorporación de nuevos aficionados que se sienten seducidos por su calidad y por el rito de disfrutar de la compra de un álbum físico.
Y es que el disco está experimentando un importante cambio hacia la remontada con sus recopilatorios de músicos inmortales, además de artistas contemporáneos, que ya editan sus nuevas creaciones en vinilo en ediciones especiales, aunque sigan publicando en plataformas digitales.

Fotografía de estantes con decenas de vinilos para la venta en Washington (EE. UU.). EFE/ Sara Soteras

Entre las joyas más preciadas por los coleccionistas de discos destacan como auténticos objetos de culto Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band de The Beatles, Sticky Fingers de The Rolling Stones, Starway to Heaven de Led Zeppelin y Thriller de Michael Jackson.
Para ser un verdadero escaparate de la historia de la música, no todos los establecimientos pueden participar en el RSD, sino que deben reunir una serie de requisitos, como ser una tienda física de venta al detalle, cuya línea de productos se componga principalmente de música, y no las grandes cadenas, ni sitios web, productoras o sellos discográficos.
El placer de lo tangible.

Pese al auge de los servicios de música en “streaming”, el LP es una de las pocas formas físicas de consumo musical que sobrevive y que cuenta con una fiel clientela que no pierde su fascinación por este soporte, por palpar con sus manos ese objeto negro y redondo o por disfrutar de sus maravillosas portadas, es decir, sentirse de alguna manera dueños de la música.

Las carátulas, que en la época dorada del vinilo llegaron a tener calidad de obras de arte, son utilizadas por músicos y compañías para vender mejor su obra y millones de compradores se aventuran a adquirir un disco a veces sólo por sus portadas, convertidas con el tiempo en auténticos iconos culturales.

Entre los discos legendarios grabados en nuestra memoria, quién no recuerda la portada de ‘Nevermind’ de Nirvana, considerada como una de las más emblemáticas de la historia del rock, que muestra a un bebé buceando en una piscina a la caza de un billete de un dólar, o la de ‘Abbey Road’ de los Beatles, en la que los cuatro de Liverpool aparecen caminando por un paso de peatones.

A lo largo del tiempo, las tiendas de discos han tenido que enfrentarse a diversos desafíos, como la competencia de las grandes cadenas comerciales, la piratería o la irrupción del “streaming”. EFE/ Sara Soteras

Portadas míticas firmadas por artistas como Andy Warhol, que ilustró el primer álbum de la Velvet Underground con su famosa banana, o la fotógrafa Annie Leibovitz, que fue la encargada de retratar a Bruce Springsteen para ‘Born in the USA’, en una imagen la que se veía al ‘boss’ frente a una bandera de Estados Unidos.

De todo ello se puede disfrutar en el Día Mundial de las Tiendas de Discos, una oportunidad para reivindicar el papel del comercio tradicional en el que los aficionados a la vieja usanza se deleiten con la música en su formato más tangible.
Amparo Mármol.
EFE REPORTAJES

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