Cuando ya pensábamos que nunca volveríamos a ser sobrios, a huir de todo artificio, estampados, volantes, flores y encajes, diseñadores como Nicolas Ghesquiere, Alessandro dell’Acqua, Jil Sander o Halston nos sorprenden con un minimalismo renovado. Sencillo en sus telas y estampados, sobrio en sus colores y barroco en sus formas que se asemejan a verdaderas construcciones arquitectónicas.
El premiado Francisco Costa, ganador del CFDA 2008, y diseñador de Calvin Klein apuesta por la vuelta a estructuras armadas, rescata las hombreras y resalta los patrones confiriéndoles volumen.
Asimismo Nicolas Ghesquiere, eligió a la actriz Jennifer Connelly para protagonizar su campaña más espectacular, éxito que le debió en gran parte a unas prendas sobrias y minimalistas cuya originalidad residía en estructuras fuertemente marcadas que convertían a las prendas en objetos en sí mismos.
HARTOS DEL EXCESO.
Prada, que en primavera-verano de esta temporada abusó de las flores para encandilar a las “fashionistas” en la época del frío, recurre también a las estructuras por medio de zapatos que parecen casi edificios.
Por su parte, el romántico italiano Alessandro dell’Acqua abandona la tendencia melancólica y femenina diseñando para “Malo”, una colección que llama la atención por lo neutro de su paleta de colores y la importancia concedida a rígidos materiales y estructuras de infarto. Vestidos que se asemejan a armaduras y que podrían permanecer de pie.
Jil Sander abusa del minimalismo, como es su costumbre, superponiendo gasas de seda que va degradando, dejando ver solamente a su portadora.
La bohemia y admirada “top model” Irina Lazareanu ya ha mostrado su intención de reducir al mínimo su expresión estilística y no es la primera vez que se la ve luciendo vestidos o atuendos que recuerdan al principio de los años noventa.
Isaac Mizhari, vanguardista donde los haya, construye Tokio sobre la mujer de 2009, y es que parece que la moda del milenio es tan futurista como nos la imaginamos hace décadas.
EL NUEVO MINIMALISMO: FORMA SOBRE ESTAMPADO.
Estilismos monocolor, plata, oro, negro y blanco nuclear destacan la belleza femenina con tan sólo resaltar sus formas. Estos sí que son arquitectos de la moda.
“Menos es más”. La monocromía es esencial en la tendencia, frente a estampados o explosión cromática y colores ácidos. Se confeccionan prendas en las que reina solamente un color, con el objetivo de llamar la atención sobre los cortes, consiguiendo a la vez mantener el equilibrio perfectamente.
Calvin Klein, Donna Karan o Michael Kors estaban en lo cierto cuando tras los excesos de los ochenta erigieron a la mujer como única protagonista de sí misma. Gwyneth Paltrow o Kate Moss son claros ejemplos de que el minimalismo puede llegar a ser de lo más favorecedor, desposeídas de todo aderezo.
El minimalismo ofrecía la antítesis del barroquismo: pureza de líneas, cromatismo neutro, paleta sobria, cortes de geometría básica, tejidos naturales… En resumen, desnudaba nuestro atuendo a lo esencial.
El minimalismo del nuevo milenio aúna los dos conceptos cogiendo lo mejor de cada uno, barroquismo en las estructuras y relajación en los tejidos y colores. Todo un acierto que promete arrasar durante varias temporadas. Por: Beatriz Rojo Polo. Imágenes: EFE