
Los ‘jeans’, que nacieron con la fiebre del oro en Estados Unidos, son sin duda uno de los elementos más universales en la moda contemporánea. John Wayne, Marlon Brando o James Dean pusieron de moda los vaqueros, pero Marilyn Monroe ha sido la gran difusora del ‘denim’ femenino.
El pantalón vaquero nació con la fiebre del oro en Estados Unidos, adquirió popularidad en el cine, mostró su cara rebelde en los setenta y ahora presume de ser una prenda global y democrática e iza la bandera de la sostenibilidad.
El tejido conocido como `denim´ es una sarga de algodón realizada con hilos torsionados muy resistentes. El origen de este germen fueron las fábricas italianas y francesas, sobre todo las instaladas en Génova y Nimes en los siglos XVII y XVIII.
Pero en 1860, Levi Strauss comenzó a utilizar el tejido de sarga para confeccionar ropa de trabajo, para los buscadores de oro, su posterior asociación simbólica a la clase obrera y más tarde como revolucionario icono del “sex appeal” masculino o como símbolo de empoderamiento femenino.
En 1872, Levi Strauss, comerciante y Jacob Davis, sastre de profesión, se asociaron para crear y patentar ropa de trabajo reforzada con remaches de cobre.
Así nacieron los Levi’s y en 1890, aparecen por primera vez, los icónicos pantalones ‘501’. Pero sólo para hombre. Las mujeres tuvieron que esperar hasta 1934 para poder lucirlos.
En 1936 la etiqueta roja en el bolsillo con la marca convirtió a estos vaqueros en objeto de deseo. Marilyn Monroe, Audrey Hepburn, Grace Kelly, Liz Taylor o Jane Birkin han lucido pantalones ‘denim’ con camisas blancas, jerséis de puntos o americanas.

Marilyn Monroe, la gran difusora.
“Marilyn Monroe ha sido la gran difusora del ‘denim’ femenino”, han explicado los comisarios Josep Casamartina i Parassols e Ismael Núñez Muñoz durante la inauguración de la exposición ‘Jeans, de la calle al Ritz’ en el Museo del Traje, CIPE de Madrid.
“Fue la mujer que, sin renunciar para nada al ‘sex appeal’ dejaba de ser un icono decorativo con lujosos trajes de princesa, para imponer su propia personalidad individual”, ha añadido Josep Casamartina i Parassols.
El cine norteamericano contribuyó de forma decisiva en la consolidación universal del vaquero durante los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado.
Además del cine norteamericano, también influyó en la difusión del ‘jean’ los grupos de rock, ya desde los años cincuenta, con todas las derivaciones del pop, hasta llegar al punk de finales de los setenta y también durante los ochenta cuando proliferó el tecno o el ‘heavy’.
Las prendas vaqueras envejecidas y desgastadas tuvieron su auge a partir de los vídeo y conciertos de los Rolling Stones, Bruce Springsteen, Ramones o Leño, han recordado los comisarios.
Los ‘jeans’, el ‘denim’ y la ropa vaquera son sin duda uno de los elementos más universales en la moda contemporánea. “Es la prenda más global con la que nos vestimos todos desde el siglo XX y XXI”, ha dicho a EFE Helena López de Hierro, directora del Museo del Traje, CIPE.
El éxito de los Levi Strauss dio pie a que firmas como Lee, Lois o Pepe Jeans propusieran sus modelos, pero también marcas como Armani, Kenzo, Paco Rabanne, Calvin Klein, Thierry Mugler, Jean Paul Gaultier, Dolce&Gabbana, Moschino, Versace o Christian Lacroix.
Evolución y responsabilidad con el medioambiente.

Los vaqueros han vivido en su propia piel la evolución de la moda. Se ha llevado rectos, de campana, estrechos, pitillos, ajados, de tiro bajo, con peto, de tiro alto como bien muestran “celebrities” como Britney Spears, Beyonce, Rihanna, Jennifer Lopez o Christina Aguilera.
Hoy el mercado abraza todos los modelos, pero hay mayor responsabilidad con el medioambiente. Gran parte de los vaqueros prescinden de los 7.500 litros de agua que supone la confección de una de estas prendas, para abrazar de lleno la sostenibilidad y liberar al medio ambiente de la contaminación.
“El pantalón vaquero es democrático, no atiende a género, ni a clase social ni a edad, pero contamina”, ha dicho Carmen Silla, directora de la empresa Jeanologia que trabaja el tejido vaquero sostenible en la que ya confían marcas como Levi’s, Chanel o Inditex.
La popularidad del vaquero ha tenido consecuencias negativas, “como el excesivo consumo de agua, productos químicos, energía y una gran huella de carbono en su fabricación, pero”, ha recordado Silla.
Carmen Martín.
EFE REPORTAJES