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Históricamente asociada al vestuario masculino, la corbata ha encontrado su camino hacia el armario femenino, transformándose en símbolo de rebeldía, poder y estilo: de Demi Moore a Rosalía y de Saint Laurent a Chanel, este accesorio se encumbra como el favorito para el mundo de la moda.
La historia de la corbata se remonta al siglo XVII, cuando los mercenarios croatas al servicio del ejército francés comenzaron a usar un pedazo de tela atado al cuello. Este accesorio, conocido como ‘cravate’ en francés (un término derivado de ‘croata’), se convirtió rápidamente en una pieza de distinción en la corte de Luis XIV.
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Durante los siglos posteriores evolucionó en forma y significado, pasando de ser un simple accesorio funcional a un emblema de elegancia y sofisticación. Sin embargo, no fue hasta el siglo XX cuando las mujeres comenzaron a apropiarse de esta prenda, desafiando las normas de género y convirtiéndola en un símbolo de empoderamiento.
Mujeres y corbatas: una relación histórica.
Las mujeres han utilizado la corbata como declaración de estilo y rebeldía en múltiples ocasiones a lo largo de la historia. En la década de 1920, figuras icónicas como Marlene Dietrich comenzaron a lucir trajes masculinos completos, incluidas las corbatas, rompiendo esquemas y estableciendo un precedente para la moda andrógina.
Este estilo no solo era una declaración estética, sino también un gesto de independencia en una época marcada por la rigidez de los roles de género, que continuó en los años 70 y 80, resurgiendo en el vestuario femenino gracias al movimiento ‘power dressing’.
Diseñadoras como Vivienne Westwood reinterpretaron la prenda en sus colecciones, mientras que estrellas como Diane Keaton inmortalizaron el estilismo en películas como ‘Annie Hall’. La corbata pasó de ser un accesorio masculino a un elemento clave para transmitir autoridad y confianza.
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Sobre la pasarela.
En las últimas temporadas, varios diseñadores han recuperado la corbata como pieza central en sus colecciones, adaptándola a la moda femenina con un enfoque moderno. Maria Grazia Chiuri, directora creativa de Dior, ha incorporado la corbata en sus colecciones como un guiño a la igualdad y al feminismo.
Su versión incluye tejidos suaves y estampados delicados, transformando la prenda en un accesorio versátil y elegante, mientras que Alessandro Michele, al frente de Gucci, jugaba con las nociones de género en sus diseños, presentando corbatas de gran tamaño y colores llamativos como parte de estilos excéntricos y llenos de personalidad.
Otro nombre destacado es Thom Browne, quien ha convertido el uniforme escolar y los trajes a medida en un sello distintivo. En sus colecciones, las corbatas femeninas adquieren un aire minimalista pero impactante, reafirmando su relevancia como un accesorio con carácter.
Zendaya, Tilda Swinton o Angelina Jolie.
Las estrellas también han jugado un papel crucial en la popularización de la corbata como accesorio femenino. Zendaya, conocida por su estilo vanguardista, ha lucido corbatas en varias alfombras rojas, destacándose por su capacidad de combinar piezas masculinas y femeninas con elegancia.
Otra figura icónica es Tilda Swinton, quien ha hecho de la moda andrógina su marca personal. En ocasiones, Swinton elige trajes acompañados de corbatas, demostrando que este accesorio puede ser tanto clásico como vanguardista.
La actriz Angelina Jolie ya apostaba por incluir la corbata en sus apariciones en las alfombras rojas a mediados de 2000, un estilismo del que se ha convertido en estandarte y al que sigue recurriendo en la actualidad, como muchas de sus alfombras rojas para la película ‘María’ que promociona en la actualidad.
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Así se lleva hoy.
En la actualidad, la corbata se ha adaptado a un sinfín de estéticas y ocasiones. Desde combinaciones casuales con camisetas y jeans hasta estilos sofisticados con blusas de seda y faldas midi, este accesorio ofrece posibilidades ilimitadas que se alejan del tradicional aspecto formal.
Para un estilo desenfadado, marcas como Saint Laurent han propuesto corbatas delgadas en tonos neutros, mientras que firmas como Prada han apostado por piezas más anchas y estampadas, ideales para quienes buscan un toque de excentricidad.
En el día a día, la clave está en equilibrar la masculinidad de la corbata con elementos femeninos. Una camisa entallada, un pantalón de corte recto y unos tacones pueden ser la combinación perfecta para un conjunto que destile confianza y estilo.
La corbata: un símbolo de empoderamiento.
Más allá de las tendencias, la corbata ha adquirido un significado profundo como símbolo de empoderamiento femenino. Su historia está marcada por mujeres que han desafiado las normas y se han apropiado de este accesorio para expresar su individualidad y desafiar los estereotipos.
Hoy más que nunca, la corbata representa la libertad de romper con los moldes tradicionales de la moda. Diseñadores, celebridades y mujeres de todo el mundo continúan reinventándola, demostrando que este accesorio tiene un lugar especial en el guardarropa femenino.
MARÍA MUÑOZ RIVERA.
EFE REPORTAJES