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Robert Redford fue uno de los fundadores del Festival de Cine de Sundance, en Park City, Utah (EE. UU.). EFE/George Frey

El gran actor, director y activista medioambiental, Robert Redford ha fallecido a los 89 años de edad apaciblemente en su rancho de las montañas de Provo (Utah) “el lugar que amaba, rodeado de sus seres queridos”, según confirmó su representante.

Ha sido uno de los míticos actores de Hollywood, que conquistó las pantallas tanto por su físico como por su indudable talento de actor e incluso de director en una docena de ocasiones.

El actor que recibió un Oscar como Director por Gente Corriente (1980) y otro Honorífico a toda una carrera fue el creador del Festival de cine independiente de Sundance que nunca ocultó sus convicciones demócratas, y crítico con Trump.

Recordado por películas como El golpe o Dos hombres y un destino, donde compartió cartel con su gran amigo Paul Newman, dos mitos -y ya en vida- de los años sesenta, setenta y ochenta, Redford fue mucho más que un bello rostro en el Hollywood, aunque su rol de sex symbol -con permiso de Newman- siempre acompañó al actor californiano, nacido en Santa Mónica el 18 de agosto de 1936 y que legaría grandes películas a la historia del cine.
De sus cuatro nominaciones al Oscar, tres fueron a mejor director y/o productor, y solo una a mejor actor por su papel protagonista en El golpe (1973) junto a su amigo y compañero de rodaje Paul Newman, Oscar que le arrebató Jack Lemmon, un año en el que fueron candidatos Jack Nicholson, Marlon Brando y Al Pacino.

Robert Redford muere a los 89 años, uno de los actores más reconocidos de Hollywood. EFE/EPA/ETTORE FERRARI

 

Excelente intérprete, rompió los prejuicios de aquellos que creían que era una estrella solo por su físico. Cuando en 1980 debutó en la dirección con Gente Corriente, Hollywood le aplaudió. Y no se equivocaron, la película ganó el Oscar al Mejor filme, al Mejor director para Redford, además al Mejor guion original y a Mejor actor de reparto para Timothy Hutton.

 

 

El Oscar de consolación le llegaría en 2002 cuando recibió el galardón honorífico a toda su carrera como actor y director.

Todo un actor con sex appeal también fuera del plató. Hubo un tiempo que “se era” de Newman o de Redford.

Maryl Streep enamorada en Memorias de África

Redford era uno de los rostros más emblemáticos del cine del Hollywood de las últimas décadas. Uno de esos hombres cuya presencia hacia que la pantalla nos hipnotizara en cuanto aparecía.

Imagen de archivo de Robert Redford en el Festival de Cannes de 2013. EFE/EPA/SEBASTIEN NOGIER

Suya es una de esas escenas para el recuerdo que se quedan grabadas en la memoria: el momento en el que su personaje lava el pelo a Meryl Streep en Memorias de África (1985), donde fueron dirigidos por Sidney Pollack creando un momento único.
“Vemos a mucha gente follando en el cine, pero no una escena con ese amor y esa delicadeza. ¡No quería que acabara!”, así de rotunda hablaba su compañera de reparto Meryl Streep en Memorias de África, a su llegada a Cannes en 2024, contando cómo había sido rodar aquella escena mítica.

“En la toma cinco ya estaba tan enamorada… “, confesaba la actriz norteamericana. Él, tan bello y rubio como el sol, durante la escena recita de forma inspirada. Cayó rendida la Streep y también lo hicieron los espectadores, aunque hablar de Robert Redford implica hablar de uno de los actores que más han aportado en todos los sentidos a la meca del cine, mucho más que un seductor de Hollywood, que también lo fue.
Una proposición indecente, Memorias de África, o Las aventuras de Jeremiah Johnson permanecen en nuestra memoria, junto a la de un actor y director que fue uno de los principales impulsores del Festival de Cine Independiente de Sundance.

CREADOR DEL FESTIVAL DE SUNDANCE

Su apoyo al cine independiente le hizo, también, le llevó a defenderlo con la creación del Festival Internacional de cine de Sundance en 1978. Nacido como centro de enseñanza para jóvenes cineastas acabó convirtiéndose en lo mejor del cine indie y plataforma donde comenzaron a despuntar directores como Anderson o Tarantino.

Un certamen que cogió su nombre de uno de sus personajes más míticos, el de Sundance Kid de Dos hombres y un destino (1969), que protagonizó junto a su amigo Paul Newman, (Butch Cassidy and the Sundance Kid)

Se inauguró con el nombre de U. S. Film Festival de Utah, utilizando la imagen del actor para atraer estudios y distribuidores que, de otra manera, no habrían apoyado la iniciativa. ​También creó el Instituto Sundance inaugurado en 1980 como organización sin fines de lucro con Redford como la imagen más visible.

Robert Redford y su esposa, la alemana Sibylle Szaggars en una imagen de archivo fechada en Mónaco en octubre de 2021. EFE/EPA/SEBASTIEN NOGIER

 

Su trabajo como director le hizo mirar al poder en Leones por corderos (2007), de nuevo con Meryl Streep, o El conspirador (2010). Y ya en la madurez no tuvo prejuicios en realizar dramas románticos en El hombre que susurraba a los caballos, que dirigió y protagonizó en 1998.

Redford, que anunció su retiro en 2018 tras protagonizar The old man and the gun, había vuelto de forma puntual en dos ocasiones. La primera, en Vengadores: Endgame (2019), y después junto al escritor de Juego de tronos, George R.R. Martin, en la serie de televisión Dark Winds, que ambos producen y él también actúa.

ACTIVISTA MEDIOAMBIENTE

Redford fue, además, una de esas brújulas morales de Hollywood. Uno de esos hombres cuyas reflexiones siempre se tenían en cuenta. Instó a los líderes internacionales a actuar de manera inmediata para alejar al mundo del uso de los combustibles fósiles.

Redford alertó que los efectos serían irreversibles y que había que tomar acciones para proteger a las generaciones futuras, señalando la necesidad de revertir la emisión de gases que provocan el calentamiento global y de impedir que la temperatura del planeta aumente.

No podemos despedir a un actor cuyo legado reúne hasta seis décadas de trayectoria; dos premios Oscar y tres Globos de Oro, incluyendo el premio Cecil B. DeMille a la trayectoria en 1994, el León de Oro honorífico 2017 a su carrera en el Festival de Venecia y un César honorífico.
Amalia González Manjavacas
EFE REPORTAJES

 

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