
La colección Otoño-Invierno 2025 de Louis Vuitton, presentada en la Semana de la Moda de París, deslumbró con una propuesta que fusionó tradición y vanguardia, a cargo del director creativo Nicolas Ghesquière. La pasarela se destacó por su enfoque audaz en la silueta y el uso innovador de materiales que desafiaron los límites entre la moda y el arte.
El desfile, realizado en el emblemático Musée d’Orsay, contó con una puesta en escena minimalista que permitió que las prendas fueran las protagonistas. Ghesquière mantuvo su sello distintivo, jugando con contrastes entre elegancia y modernidad. Los abrigos de lana con cortes estructurados, faldas y vestidos con volúmenes dramáticos y pantalones de talle alto dominaron la colección, mientras que las texturas metálicas y los detalles futuristas aportaron un toque de tecnología a los looks.
Un aspecto clave fue la reinterpretación del monograma de Louis Vuitton, que se presentó no solo en los clásicos bolsos, sino también como elemento gráfico en abrigos y prendas de punto. La paleta de colores incluyó tonos oscuros y neutros, como el gris, negro y marrón, contrastados con detalles en tonos metálicos y neón, lo que aportó un aire contemporáneo sin perder la esencia clásica de la maison.
Las botas altas, las bufandas de lana y los accesorios de gran tamaño complementaron las propuestas, que mantuvieron el equilibrio entre lo arquitectónico y lo poético. La colección Otoño-Invierno 2025 de Louis Vuitton reafirma una vez más el compromiso de la marca con la innovación, sin dejar de lado el lujo y la sofisticación que la han caracterizado a lo largo de los años. Imágenes: Clasos