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Jacqueline Bisset durante la presentación de la película ‘L’amant Double’ en el Festival de Cannes

Jacqueline Bisset cumple 80 años con una trayectoria artística que abarca casi seis décadas. Conocida por su combinación de belleza, elegancia y talento, Bisset ha protagonizado más de setenta películas y ha trabajado junto a estrellas legendarias como Sean Connery y Paul Newman.

Winifred Jacqueline Fraser Bisset nació el 13 de septiembre de 1944 en Surrey, Inglaterra. Hija de un médico británico y una abogada francesa, creció en una casa de campo del siglo XVII cerca de Reading, en Berkshire, donde actualmente pasa parte del año. Su madre, que fue diagnosticada de esclerosis múltiple durante su adolescencia, le enseñó a hablar francés con fluidez, y fue educada en el Lycée Français de Londres.

Desde pequeña, tomó lecciones de ballet y, más tarde, comenzó a recibir clases de actuación mientras trabajaba como modelo de fotografía para pagarlas. Consiguió ser contratada para pequeños papeles en varias películas, hasta que en 1967 fue elegida para interpretar un breve papel en ‘Dos en la carretera’, junto a Albert Finney y Audrey Hepburn. A continuación, intervino en ‘Casino Royale’, la célebre cinta de James Bond.

Compartió pantalla con estrellas de la talla de Frank Sinatra en ‘The Detective’ (1968), Steve McQueen en ‘Bullitt’ (1968), o con Lauren Bacall e Ingrid Bergman en la versión de 1974 de ‘Asesinato en el Orient Express’ y fue dirigida por directores legendarios como Roman Polanski, en Callejón sin salida (1966), François Truffaut, en ‘La noche americana’ (1973) o George Cukor, en ‘Ricas y Famosas’ (1981).

En 1977, su participación en ‘Abismo’ la catapultó a la fama internacional. Durante la emblemática escena inicial de la película, aparece buceando con una camiseta blanca que, al salir del agua y subir al barco, se adhiere a su cuerpo, dejando poco a la imaginación, un momento icónico que la convirtió de la noche a la mañana en un símbolo sexual y el principal reclamo para la película. La revista ‘Newsweek’ la nombró “la actriz más atractiva de todos los tiempos”, mientras que ‘Time’ la declaró “la mujer más hermosa del mundo”.

Ascenso a la fama y desafíos.

Bisset siempre ha afirmado que, pese a que su carrera nació en el mundo del modelaje, su verdadera pasión estaba en la actuación, y en explorar personajes femeninos complejos, más allá de la mera imagen externa que la industria a veces proyectaba de ella: “Leí muchos cuentos de hadas y era algo soñadora de niña, pero no me atraía la superficialidad del negocio. Me interesaba más la profundidad de lo que una mujer podría ser, aunque no supiera mucho sobre eso en ese momento”.

Jacqueline Bisset en los años ochenta.

A medida que la carrera de Jacqueline Bisset despegaba, no solo tuvo que lidiar con el éxito y la demanda de nuevos proyectos, sino también con la intensa presión de la fama y la constante intrusión de los medios de comunicación. La prensa la comparó con otras estrellas de la época y la involucró en diversos rumores, como su supuesta relación con Frank Sinatra y su reemplazo de Mia Farrow en la película ‘The Detective’.

Farrow, la entonces esposa de Sinatra –habían contraído matrimonio en una polémica ceremonia celebrada en secreto en Las Vegas, cuando la novia tenía 21 años, y el novio, 49– abandonó la cinta porque se alargó más de la cuenta su participación en el rodaje de ‘La semilla del diablo’ de Polanski.

Mia Farrow se marchó a Nueva York, mientras que Sinatra se quedó en Los Ángeles, lo que provocó que enviase a su abogado al plató sin previo aviso, para que entregase a Mia Farrow los papeles del divorcio, en un intento de que la actriz regresara con él. Sin embargo, fue precisamente Polanski el que convenció a Farrow de que terminara la película y pusiese punto y final a su controvertida relación.

En una ocasión reflexionó: “La vida puede realmente darte un golpe. Luego fui a Inglaterra y la prensa empezó a hablar de mí, lo cual no era verdad. Pero él [Sinatra] me trató muy bien y fue muy protector conmigo”. La relación con Sinatra se convirtió en una de las anécdotas más mencionadas de su carrera, destacando cómo las celebridades con las que trabajaba, especialmente los hombres, solían tratarla con un respeto y una calidez notables.

Los años 80 marcaron un hito en su carrera actoral, ya que su trabajo en papeles dramáticos comenzó a recibir una mayor atención y reconocimiento. En ‘Clase’ (1983), interpretó a una mujer madura que, sin saberlo, seduce al mejor amigo de su hijo, lo que le otorgó una gran popularidad entre las nuevas generaciones. En 1984, fue nominada al Globo de Oro por su interpretación en la película ‘Bajo el volcán’.

Durante la década de los 90, Bisset continuó demostrando su talento en películas y series de televisión. Destacó su actuación en ‘La ceremonia’ (1995), protagonizada por Isabelle Huppert, por la que fue nominada a un premio César. En televisión, participó en producciones como ‘Anna Karenina’ y ‘The John F. Kennedy Jr. Story’, donde interpretó a Jacqueline Kennedy Onassis, un papel icónico al que se la asocia décadas después.

La versatilidad de una estrella atemporal.

Conforme avanzaba su carrera en el nuevo milenio, Bisset continuó eligiendo proyectos desafiantes, que fueron elogiados por la crítica y confirmaron su longevidad en la industria como una actriz capaz de reinventarse. En 2013, su papel en la miniserie ‘Dancing on the Edge’ le valió su primer Globo de Oro como mejor actriz de reparto.

En 2014, Bisset protagonizó ‘Welcome to New York’, una película polémica dirigida por Abel Ferrara, inspirada en el escándalo sexual de Dominique Strauss-Kahn, el exdirector del Fondo Monetario Internacional. En el filme, Bisset interpretó a Simone, la esposa del personaje principal, interpretado por Gérard Depardieu.

En 2015, Bisset participó en ‘Miss You Already’, una película británica-estadounidense dirigida por Catherine Hardwicke, que se centra en la amistad de dos mujeres, interpretadas por Drew Barrymore y Toni Collette, enfrentando el cáncer y los desafíos de la vida. También participó en la producción francesa ‘L’Amant Double’ (2017), presentada en el Festival de Cine de Cannes, que destacó por su trama psicológica y su atmósfera intrigante.

La actriz británica al recibir el Premio a la Trayectoria en el 66º Festival Internacional de Cine de Locarno,

Bisset formó parte del elenco de ‘Here and Now’ (2018), un drama íntimo protagonizado por Sarah Jessica Parker, que narra la historia de una cantante de jazz que se enfrenta a un diagnóstico de salud devastador y cómo este afecta su vida y sus relaciones personales. Su papel en estas películas, aunque secundario, fue significativo, y permitió a Bisset desplegar su habilidad para interpretar personajes emocionalmente complejos.

La capacidad de Bisset para adaptarse y sobrevivir en la industria del cine ha sido un factor crucial en su longevidad. Ella misma ha descrito su enfoque hacia las dificultades y la necesidad de periodos de descanso para recargar energías: “Si pongo mi mente en ello, soy una superviviente. A veces, esto requiere esfuerzo y un período de retiro. Cuando me siento baja de energía y un poco lamentándome de mí misma, no lucho contra eso. En cambio, me entrego a ello y me retiro dentro de mí misma”.

Amores legendarios, filosofía y autenticidad.

En cuanto a su vida personal y relaciones románticas, Jacqueline Bisset ha sido una figura enigmática y reservada. Aunque nunca se casó, ha tenido varias relaciones sentimentales notables. Comentó en una ocasión: “No he sentido la necesidad de casarme. He tenido relaciones maravillosas, pero también he disfrutado de mi independencia”.

Su romance con el actor canadiense Michael Sarrazin, con quien coprotagonizó la película ‘The Sweet Ride’ en 1968, fue una de sus relaciones más largas, durando casi una década. Tras su separación, mantuvo relaciones con personalidades destacadas como el actor suizo Vincent Pérez, el coreógrafo y actor Victor Drai y el legendario actor italiano Marcello Mastroianni, con quien vivió un intenso romance en la década de 1970.

Su negativa a seguir los estándares de Hollywood, como las cirugías plásticas, también es reflejo de su visión de la vida y el envejecimiento. Prefiere la naturalidad, creyendo que la belleza proviene de la aceptación y el autocuidado, más que de la intervención quirúrgica: “El envejecimiento es un privilegio. A medida que envejezco, me siento más agradecida por lo que tengo. La serenidad, la paz y la gratitud son ingredientes clave para envejecer bien”.

La actriz de la serie, Dancing on the Edge, durante el Festival de Televisión de Mónaco

Esta filosofía ha resonado con muchas mujeres a lo largo de los años, especialmente durante su colaboración con Avon, para una campaña antiedad dirigida a mujeres mayores de 60 años, donde promovió una imagen de envejecimiento saludable y digno: “La clave es aceptar el envejecimiento con dignidad. No quiero alterar mi rostro porque quiero que refleje las experiencias que he vivido. Prefiero ser real, incluso si eso significa tener algunas arrugas”.

Jacqueline Bisset sigue siendo una figura admirada en el cine, con una carrera que abarca varias décadas y una actitud auténtica hacia su trabajo y vida personal. A lo largo de los años, ha demostrado que la verdadera elegancia y el talento no se desvanecen con el tiempo, sino que se refinan y profundizan. Su enfoque realista hacia el envejecimiento, su rechazo a las presiones de la perfección superficial y su compromiso con una vida plena y significativa la han convertido en un verdadero icono. Por: Efe

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