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La isla jónica de Zante se ha hecho conocida por sus increíbles playas. La más famosa, la de Navagio debe su nombre al naufragio de un barco cargado de tabaco de contrabando. Hoy los restos de aquel naufragio, de 1983, permanecen semienterrados en la arena.

El litoral isleño del Mediterráneo presume de una gran diversidad de playas para disfrutar, desde los grandes y cálidos arenales de las Baleares al intenso azul de las islas Cícladas y sus vecinas Jónicas, a las que llegaremos tras surcar las paradísiacas aguas de Cerdeña y Sicilia, para dar con la bella Creta, al sur del Mare Nostru.

Comenzamos este recorrido isleño por las Baleares, con sus conocidas y turísticas islas: Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera, todas un paraíso, en sí mismas.
Pero si tuviéramos que destacar en este recorrido flash solo una playa, muchos serían los dirían Ses Illetes, al norte de Formentera, por ser pura naturaleza, por haber logrado permanecer protegida al formar parte del Parque Natural de Ses Salines, un ubicación privilegiada que brinda aguas poco profundas de un azul cristalino de arena blanca y fina, la cual se extiende en suave inclinación hacia el mar turquesa que merece seguir estando cuidando.

En la cercana Ibiza, destaca Cala d’Hort, famosa por sus vistas. Rodeada por una vegetación autóctona de la zona, pinos y sabinas, ofrecen sombra y un toque de frescura en los días calurosos con vistas panorámicas hacia la vecina isla de Espalmador y al impresionante islote rocoso de Es Vedrà que se eleva desde el mar. Sus aguas son buenos para practicar deportes acuáticos, como snorkel y paddle surf.

La isla de Ibiza, destaca la cala Comte: Conocida por sus aguas, arena blanca y sus vistas espectaculares, especialmente al atardecer. La cala Salada y Saladeta: Rodeadas de colinas cubiertas de pinos, estas calas ofrecen aguas turquesas y un entorno natural tranquilo.
Al sur de Menorca se encuentran dos de las playa más bellas de las Islas Baleares: Macarelleta y su vecina Macarella, que están unidas por un pequeño sendero. Sus aguas claras de azul turquesa y la vegetación que las rodea las convierte en auténticos paraísos del Mediterráneo.

La playa de Sarakiniko en Milos, una de las playas de Milos más top y de las más bonitas. Es conocida por sus espectaculares formaciones rocosas blancas, que simulan un paisaje extraterrestre.

 

En suelo isleño francés, en la isla de Córcega se encuentran algunas de esas playas que son capaces de evocar toda la belleza del Mediterráneo más puro. Córcega cuenta con playas hermosas y variadas, desde las más famosas como Palombaggia y Santa Giulia, hasta playas más tranquilas y salvajes como Saleccia o Lotu con acceso solo por barco, playa virgen y tranquila.

La costa rocosa del norte de Cerdeña (Italia) se recorta en el horizonte auspiciando el montón de sorpresas deliciosas que depara esta gran isla de paisajes y ambiente muy mediterráneo. Cerca de la ciudad de Sassari, Porto Torres es la puerta de entrada principal a la isla de espectaculares lugares.

Cerdeña guarda rincones evocadores como la Cala Goloritzé, al este y dentro del Parque Nacional del Golfo de Orosei. Este arenal de rocas blancas queda encajonado entre acantilados en los que anida el amenazado halcón Eleonora.

Otro enclave a visitar es Stintino es un encantador pueblo de pescadores. Tiene un puerto con esas típicas barquitas de colores y, muy próxima, una de las playas más espectaculares de Cerdeña: La Pelossa. Este arenal es célebre por la transparencia de sus aguas y el islote con una torre vigía que los más aventureros pueden alcanzar a nado.

 

De un salto imaginario llegamos a Sicilia, donde en cuestión de espectaculares litorales es obligatorio visitar la «Scala dei Turchi» o «Escalera de los turcos», a 18 kilómetros de Agrigento, un hermoso y extenso acantilado rocoso que da al mar. Lo que hace de este acantilado tan hermoso es su intenso color blanco pues es formado de una piedra calcárea sedimentaria, llamada Marga, blanco puro, en la que el viento y las lluvias a través de los siglos han dibujado amplios escalones entre los cuales surgen unas aguas de azul cristalino a nuestros pies. Sus playas Le Pergole y Punta Grande, Giallonardo y Rosello… nos espera en Sicilia.

La isla jónica de Zante se ha hecho conocida por sus increíbles playas. La más famosa, la de Navagio debe su nombre al naufragio de un barco cargado de tabaco de contrabando. Hoy los restos de aquel naufragio, de 1983, permanecen semienterrados en la arena.

 

De otro golpe visual llegamos a las Islas Griegas, cuna de la cultura occidental
La isla de Milos es una de las más de 200 islas del archipiélago de las Cícladas, en pleno mar Egeo, cuna de la cultura mediterránea, es algo digno de visitar aunque solo sea una vez en la vida y como todo lo más excelso de cada vida, nunca se olvida.
Milos es famosa por sus playas, más de 70 cada una con características únicas que van desde costas rocosas, que parecen paisajes lunares, hasta playas tranquilas y arenosas, incluso calas escondidas sólo accesibles por mar. Algunas de las más populares son Sarakiniko, Kleftiko, Firiplaka y Tsigrado.

En el norte de Milos encontramos uno de esos caprichos de la naturaleza que sólo podemos definir como paraíso natural: La playa de Sarakiniko, la más fotografiada de la isla, debe su fama mundial a las formas de sus rocas volcánicas erosionadas durante siglos por el viento y el agua y que dan sentido a su apodo de «playa lunar».

La playa de Papafragas, ubicada en una pintoresca ensenada, rodeada de impresionantes acantilados que alcanzan alturas vertiginosas y encierran al bañista. Para acceder a este paraíso oculto, los viajeros deben pasar a través de una estrecha abertura en la roca, lo que añade un toque aventurero a la experiencia.

Islas jónicas. En el siglo XV, cuando los venecianos llegaron a la isla jónica de Zante (Zakynthos) la apodaron «flor de Oriente» por sus bellos paisajes, y no se equivocaron. Una isla cubierta de pinos, de fértiles llanuras, con playas asombrosas y blancos acantilados.

El sur de la isla de Córcega (Francia) se encuentran algunas de esas playas que son capaces de evocar toda la belleza del Mediterráneo más puro desde las más famosas como Palombaggia y Santa Giulia, hasta otras más tranquilas y salvajes como Saleccia o Lotu.

 

La isla, conocida por sus increíbles playas es de una belleza espectacular, la más famosa es la de Navaggio, una de la más bellas de Europa, que debe su nombre al barco cargado de tabaco de contrabando que naufragó en 1983. Hoy los restos del barco se pueden contemplar semienterrados en la arena. Rodeada de bellos acantilados, solo se puede acceder por mar.

Y al sur: Creta, la isla más grande de Grecia, es famosa por sus playas paradisíacas. Entre las playas más destacadas están Elafonisi, con su arena rosa y aguas turquesa y Balos, con su laguna de aguas turquesas, arena blanca y paisaje impresionante, de gran belleza natural, es una de las playas más fotografiadas de Creta.

Al norte de la isla de Formentera (Baleares) la playa de Ses Illetes, por ser pura naturaleza, por haber logrado permanecer protegida al formar parte del Parque Natural de Ses Salines. Su ubicación privilegiada le brinda aguas de un azul cristalino que enamoran al visitante.

 

La playa de Falasarna en la costa oeste posee largas extensiones de arena blanca, es conocida por sus espectaculares atardeceres y, en ocasiones, es considerada una de las mejores playas de Europa. Igual que Vai playa que se distingue por su bosque de palmeras, que le confiere un ambiente exótico, como el de la playa de Preveli, ubicada en la desembocadura de un río, ofrece un paisaje único con palmeras y aguas cristalinas.
Y nos despedimos con la famosa Matala, conocida por sus cuevas excavadas en los acantilados y porque fue destino idílico de las comunidades hippies de los años sesenta y setenta fueron que se quedaron allí a vivir abducidos por la vida libre en estas playas de ensueño.
Amalia González Manjavacas
EFE REPORTAJES

 

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