
Londres, 21 feb (EFE).- Pokémon, el juego de la nostalgia que ha enganchado a generaciones y que continúa aumentando su número de fanáticos, reúne en Londres desde este viernes y hasta el próximo domingo a más de 5.000 entrenadores que buscarán en el Campeonato de Europa “hacerse con todos” y llegar al mundial.
El imponente centro de convenciones ExCel, un recinto de 25.000 metros cuadrados, es el gran estadio en el que los ‘pokemaníacos’ se enfrentan entre sí en las categorías de cartas, videojuegos y Pokémon GO, la versión de este juego para teléfonos que causó furor durante su lanzamiento en 2016.
No hay una edad límite para este evento. Desde los más pequeños, en categorías en las que compiten jugadores de hasta 16 años, a adultos, este juego continúa guardando un fuerte componente nostálgico que captura a sus amantes en busca de recuerdos de la infancia.
“Tiene un poco efecto nostalgia. Todo el mundo de pequeño ha jugado y, como van sacando juegos cada dos o tres años, todas las generaciones de niños han tenido su etapa Pokémon”, confiesa a EFE Jorge, un madrileño de 26 años que compite desde 2019 y que el pasado año acudió al Campeonato Mundial que se celebró en Hawái (EE.UU.).
“Una reunión familiar”
Además de la competición, los campeonatos internacionales de Pokémon, que cada año baten récords de participación, sirven como punto de encuentro para fanáticos de todas partes del mundo, que ven en estas convenciones una oportunidad para hacer amigos y compartir su pasión.
“El ambiente de los internacionales es muy guay. Hay muchos fans de Pokémon y ves a muchos amigos que no ves desde hace tiempo. (…) Es como una reunión familiar”, señala Candela, una joven gallega de 18 años que comenzó a jugar a este juego con tan solo tres años.
Pero en la mente de estos entrenadores Pokémon está llegar lo más lejos posible. “Mi objetivo es pasar al día dos”, sostiene Candela, que no se deja obnubilar por la contundente bolsa de premios, que este año asciende a los 500.000 dólares (477.520 euros).
“Vivir de Pokémon es muy difícil porque influye el factor suerte. Tienes que ser muy muy bueno”, asegura.
“Es como un deporte, quieres ser mejor que el resto y ganar. También quieres conocer gente y terminas viniendo por el grupo de amigos. La competición está guay, pero es un rato con la gente”, añade Enrique, un sevillano de 25 años que valora más la experiencia que la competición
No pasa de moda
Este juego, que comenzó a distribuirse en 1995, continúa reinventándose y atrae a cada vez más fanáticos, con su punto álgido más reciente durante la pandemia, que enganchó a muchos nuevos jugadores.
“Durante la pandemia, en 2020, mucha gente se metió a competitivo porque no tenía muchas cosas que hacer. Y desde entonces empezó a crecer el circuito”, señala Candela.
Además del ‘boom’ de los videojuegos, las cartas coleccionables son la derivada a la que se ven atraídas más personas no solo por el juego en sí, sino por el valor monetario que algunos ejemplares adquieren, como una carta de Pikachu que llegó a venderse por 4 millones de dólares (3.880.481 de euros).
Sin embargo, es una afición “que cuesta su dinero, pero que merece la pena”, asevera Enrique.
“El (campeonato) mundial sí que es una inversión, pero como te dan un ‘kit’ de competidor que se puede vender y hay gente dispuesta a darte un buen dinero, puedes pagarte la estancia”, dice.
En busca de una plaza para el Campeonato del Mundo que se celebrará en Anaheim (California, EE.UU.) en agosto, los entrenadores Pokémon desplazados a Londres muestran la vitalidad de esta competición que mantiene prendidas a millones de personas en todo el mundo.
EFE